“Aprender un idioma requiere esfuerzo, pero resulta enormemente gratificante y el trayecto puede ser tan satisfactorio como la llegada.”
Varios estudios sugieren que las personas que hablan un segundo idioma con fluidez tienden a desarrollar, más que aquellas que son monolingües, los siguientes procesos y habilidades mentales:
Creatividad
Se producen mejoras significativas en tres características del pensamiento divergente, componente clave de la creatividad: elaboración, fluidez y flexibilidad.
Comunicación
Al aprender otro idioma, prestamos atención a las reglas abstractas y a la estructura, lo que nos hace más eficientes comunicándonos en el nuestro.
Atención
Mayor facilidad para priorizar y cambiar de una tarea a otra.
Percepción
El cerebro aprende a centrarse en lo importante mientras excluye lo irrelevante.
Toma de decisiones
>Somos más racionales al analizar y solucionar problemas si empleamos un idioma extranjero.
Emplear un idioma extranjero reduce nuestros sesgos al tomar decisiones.
Resolución de problemas
Mejores capacidades analíticas.
Enfermedades mentales
Se retrasan los síntomas y el diagnóstico de alzheimer y demencia senil entre 4 y 5 años de media.
Nunca es tarde
Según un estudio aparecido recientemente, estos beneficios no sólo aparecen en bilingües tempranos, como se pensaba, sino también en quienes aprenden un idioma siendo adultos.
En este caso, la bibliografía consultada tiene dos partes:
Por un lado, sabemos que los científicos no se ponen de acuerdo sobre alguno de estos beneficios...
...por el otro, aquí podemos leer sobre estos y otros beneficios:
Esto es normal que ocurra, así avanzan las ciencias:
“Todos los datos, no sólo aquellos escogidos que sustentan una teoría concreta, deberían ser compartidos” (de Bruin et al. 2014).
Tendremos, por tanto, que seguir atentos a los nuevos estudios que se publiquen.
Para saber más, aquí encontraréis los enlaces a muchos artículos científicos que iré actualizando. Para muestra...
|
|