1.Inglés en la empresa.
Un curso de idiomas ha de verse como una inversión en personal rentable: se consideran habilidades básicas.
2.¿A quién va dirigido?
Si el personal clave está dispuesto a poner tiempo, esfuerzo y compromiso, merecerá la pena.
Será un incentivo importante si el profesor, figura crucial, les resulta motivador.
3.¿Qué tipo de curso?
La empresa y los trabajadores deben ser realistas.
Para adaptar el curso, la empresa debe expresar con claridad el nivel y las competencias requeridos.
4.PYMES.
Los idiomas son, especialmente para las pequeñas y medianas empresas, una estupenda manera de ampliar el acceso a mercados extranjeros.
5.Microempresas y empresas de productos artesanales.
En el estudio “Identification of future skills needs in micro and craft (-type) enterprises up to 2020”, se pidió a estas empresas que identificaran qué capacidades necesitarían en el futuro. Las dos que mayor importancia iban a tener con respecto al pasado fueron:
-conocimiento de mercados extranjeros: 35,3 %
-comunicación con clientes y proveedores en un idioma extranjero: 27,7 %
“Estas dos capacidades muestran la importancia que tienen para estas empresas el ampliar sus actividades empresariales a otros mercados y el ser capaz de comunicarse con sus socios en un idioma extranjero. Los idiomas, por tanto, adquirirán una mayor importancia en el futuro.”
6.Certificados y diplomas.
Es importante no confiar sólo en certificados o diplomas.
Unos credenciales excelentes pueden, a pesar de todo, esconder carencias en habilidades prácticas.
7.Inversión en capital humano.
Es fundamental tener claro que un curso de idiomas no es adecuado para todas las empresas: implica esfuerzo, tiempo y dinero.
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