Si los alumnos no han estudiado nunca el idioma, vamos aprendiendo
vocabulario y gramática a la vez que vamos practicando. En este caso, una explicación por escrito es necesaria, pero pasamos a usarlo rápidamente.
Si los alumnos sí lo han estudiado antes, vamos consolidando lo que, normalmente, ya han estudiado, corrigiendo los errores y aclarando las dudas que suele haber, además de continuar avanzando, por
supuesto. En este caso, las explicaciones por escrito no son tan necesarias; la teoría suele saberse mejor
que lo que la práctica demuestra.